Se
reflexiona sobre el papel del profesional de la información como protagonista
activo en la formación de competencias informacionales y en el apoyo al
cambio educativo en la sociedad del aprendizaje. Se analizan los antecedentes
de la función educativa del profesional de la información en centurias
pasadas y los puntos de contacto con los enfoques contemporáneos, relacionados
con el apoyo al proceso de enseñanza-aprendizaje y el desarrollo de competencias
informacionales. Se estudian los centros de recursos para el aprendizaje, las
comunidades de aprendizaje y los sistemas E-learning como espacios de actuación
del profesional de la información en este nuevo contexto educativo. Por
último, se reflexiona sobre las competencias que requieren estos profesionales
para enfrentar con efectividad las funciones educativas. Se destaca que este profesional
necesita conocimientos sobre teoría del aprendizaje y métodos pedagógicos,
así como habilidades y experiencia docente para diseñar programas
efectivos de formación de usuarios y de alfabetización informacional.
Palabras clave: Profesional de la información, formación de competencias informacionales, sociedad del aprendizaje.
THE INFORMATION PROFESSIONAL WITHIN THE EDUCATIVE CONTEXT IN THE LEARNING SOCIETY: SPACES AND COMPETENCES
Reflections are made
on the role of the information professional as an active protagonist in the training
of informational competences and in the support to the educative change in the
learning society. The antecedents of the educative fuction of the information
professional in the last centuries and the points of contact with contemporary
approaches connected with the support to the learning-teaching process and the
development of informational competences are analyzed. The centers of learning
resources, the learning communities and the e-learning systems are studied as
spaces of action of the information professional in this new educative context.
It is stressed that this professional needs knowledge of learning theory and pedagogical
methods, as well as skills and teaching experience to design effective user training
programs and informational literacy programs.
Key words: Information professional, informational competences training, learning society.
Copyright: © ECIMED. Contribución de acceso abierto, distribuida bajo los términos de la Licencia Creative Commons Reconocimiento-No Comercial-Compartir Igual 2.0, que permite consultar, reproducir, distribuir, comunicar públicamente y utilizar los resultados del trabajo en la práctica, así como todos sus derivados, sin propósitos comerciales y con licencia idéntica, siempre que se cite adecuadamente el autor o los autores y su fuente original.
Cita (Vancouver): Sánchez Tarragó N. El profesional de la información en los contextos educativos de la sociedad del aprendizaje: espacios y competencias. Acimed 2005;13 (2). Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol13_2_05/aci02205.htm Consultado: día/mes/año
."The time is when
the library is a school, and the librarian is in the highest sense a teacher"
Melvil Dewey, 1878
"To be a librarian today,
is to be a teacher"
Christina Tovoté, 2001
Diversos teóricos e investigadores
han establecido que la sociedad de la información se basa en un caudal
sin precedentes de información, de avances científicos y revoluciones
tecnológicas, de recursos humanos especializados en ramas y sectores cada
vez más específicos y en la globalización de los propios
recursos informativos, tecnológicos, humanos donde precisamente la información
se convierte en fuente fundamental de productividad y poder. Uno de los pilares
fundamentales de esta sociedad de la información es el capital humano,
los trabajadores calificados, aquellos que son capaces de generar valor para sus
organizaciones. Por tanto, la calidad de la educación y el aprendizaje
continuo y renovado constituyen motores impulsores de este tipo de sociedad a
la que también se le llama sociedad del aprendizaje.
La sociedad
del aprendizaje tiene entre sus paradigmas fundamentales la formación continua
o educación para toda la vida, en consideración al ritmo en que
se genera nueva información: los conocimientos de hoy pueden ser obsoletos
en 15 ó 20 años. En la construcción de este paradigma, se
involucran numerosos agentes, desde las clásicas instituciones educativas
que proporcionan la formación "inicial", - que debe verse sólo
como una de las etapas de la formación permanente-, y las empresas que
se encargan de proporcionar a los trabajadores los conocimientos y habilidades
para su desempeño laboral, hasta la educación informal que proporciona
los medios de comunicación o los nuevos entornos virtuales de formación
a distancia. Este paradigma de formación continua está muy relacionado
con la alfabetización informacional, que implica crear en los individuos
habilidades para reconocer sus necesidades de información y satisfacerlas
por medio de la localización, evaluación y el uso eficiente de la
información, así como la creación de habilidades que favorezcan
el autoaprendizaje durante toda la vida. Este proceso educativo puede realizarse,
tanto a partir del aprendizaje formal proporcionado por los diferentes niveles
de enseñanza como por los procesos no formales que debe garantizar la sociedad.
En los tiempos que corren ha cambiado la manera en que los individuos aprenden: el cambio abarca la forma y el contenido.
Por una parte, han
cambiado los espacios educativos, que han pasado de presenciales en el aula a
semipresenciales con enseñanza virtual hasta los sistemas completamente
virtuales, como los sistemas de e-learning; la enseñanza entonces, ha rebasado
el marco del sistema educativo tradicional para alcanzar los espacios laborales
y comunitarios; los métodos de enseñanza varían hoy, desde
la presencia física del profesor hasta la mediación de un tutorial
o sofware; se ha pasado de los modelos de enseñanza conductistas, que implicaban
el papel protagonista del profesor en la enseñanza del alumno a los modelos
constructivistas, que ponen en el centro al alumno y potencian su habilidad para
construir su conocimiento. Los recursos informativos también han cambiado,
apoyados cada vez más en el uso de las tecnologías de la información
y las comunicaciones, diseñados con enfoques constructivistas, con creciente
empleo de la multimedia e hipermedia, y en un ambiente cada vez más interconectado
y cooperativo. Pero también, las funciones de los profesionales implicados
en este reto educativo han cambiado y se exige de estos mayor profesionalismo,
liderazgo y, por supuesto, superación continua.
El nuevo paradigma
educativo ha generado transformaciones en los métodos pedagógicos
y educativos, los que garantizar que las nuevas generaciones adquieran:
"Nuevas
actitudes hacia el diálogo, la coexistencia democrática, la comunicación
interpersonal, la cooperación; nuevas capacidades para interpretar y resolver
problemas mediante soluciones creativas, la formulación de nuevas hipótesis
y la ejercitación de la crítica y la reflexión; nuevas competencias
profesionales, técnicas y organizacionales." 1
Los profesionales de la información, junto a profesores y educadores,
deben asumir el liderazgo en este paradigma de formación continua y cambio
educativo. En este nuevo escenario, el profesional de la información no
es sólo un proveedor de fuentes de información en la bibliotecas
pública, escolar o en el centro de información de cualquier nivel
de enseñanza, empresa u otro entorno educativo, sino un protagonista activo
en la formación de competencias en información que hagan posible
el desarrollo personal y profesional de los individuos. Su labor, la de un educador,
no puede verse aislada dentro de este contexto educativo, sino como parte de las
transformaciones que ocurren en la arena pedagógica, del rediseño
de los currículos, de los métodos de enseñanza, etcétera.
Mónica Baró, ha expresado esta realidad de la
siguiente manera:
"El bibliotecario tiene una doble función
en la promoción del cambio (educativo). Por una parte, como especialista
en el tratamiento, la organización, la recuperación y la difusión
de la información y como conocedor de los recursos de información
destinados a los alumnos, tiene la oportunidad de crear mejores condiciones de
acceso a dichos recursos y de facilitar su utilización entre la comunidad
educativa, en función de las distintas necesidades. Por otra parte, como
docente, enseña a utilizar correctamente estos recursos, tanto a los alumnos
como a los profesores, para hacer posible la introducción de nuevos métodos
de aprendizaje." 2
En la sociedad del aprendizaje, la mayoría de las organizaciones e instituciones de información -sean públicas, de salud, educación, especiales- se encuentran en algún nivel para apoyar los procesos de enseñanza-aprendizaje. Sin embargo, ¿están conscientes los profesionales de la información de la función que pueden y deben desempeñar en estos contextos educativos?
Y por otra parte ¿están preparados profesionalmente para asumir estas funciones?
La función
del profesional de la información como docente o profesor fue preocupación
de numerosos bibliotecarios e investigadores desde el siglo XIX. Michel Lorenzen,3
en un interesante recorrido por la historia de la instrucción de los usuarios
en Estados Unidos -país pionero en la instrucción y formación
de usuarios- reseña algunas de las opiniones de prestigiosos bibliotecarios
de esa época que fueron más allá de los límites de
sus bibliotecas y de las tareas rutinarias para llegar a las aulas de los centros
de educación superior a impartir cursos y conferencias para la formación
de usuarios. Robinson (1880), por ejemplo, consideraba que el principal
objetivo de estas clases era convertir a los estudiantes en investigadores reales,
capaces de autoeducarse y realizar sus investigaciones sin la ayuda de profesores
o bibliotecarios, una idea que constituye un antecedente conceptual de la hoy
denominada alfabetización informacional. Otros, como Winsor J, por
ejemplo, manifestaron que bibliotecarios y profesores tenían la misma importancia
en la educación de los estudiantes y debían trabajar juntos en la
preparación y ejecución del currículo.4
Esta colaboración, entre profesores y profesionales de la información,
cobra hoy una gran relevancia; así se evidencia en las políticas
y los estatutos de las asociaciones de bibliotecarios-maestros y de bibliotecas
académicas de Canadá, Australia, Francia, Estados Unidos, Reino
Unido, entre otras.
También, las competencias del profesional de la información para asumir funciones docentes en la formación de usuarios fueron motivo de preocupación de los bibliotecarios norteamericanos del pasado siglo. En 1928, Charles Shaw hizo el primer llamado a la formación de bibliotecarios especializados en instrucción, al considerar que hasta ese momento las clases de instrucción o formación de usuarios carecían del rigor científico necesario. Shaw consideraba que era imprescindible una nueva "especie" de bibliotecario que combinara el conocimiento sobre los libros con un entrenamiento en instrucción y habilidades para enseñar.4
En la década de los años 70 del pasado siglo, varios investigadores destacaron la función del profesional de la información que laboraba en las bibliotecas académicas. Entre ellos, Dillon HW, quien señaló que debía existir una posición bibliotecaria que estuviera enfocada principalmente a la enseñanza de habilidades informacionales que apartara otras ocupaciones más rutinarias que podía realizar otro personal de apoyo. Sus afirmaciones realzan el profesionalismo de los bibliotecarios y su efectividad para organizar y conducir la instrucción de los usuarios en las propias aulas.4 Y cabe destacar la postura de
Pearson, quien, en 1978, abordó la necesidad de insertar
los programas de formación de usuarios en el currículum de educación
superior, estrategia que es hoy el "caballo de batalla" de los programas
de alfabetización informacional en la educación superior.
Actualmente,
en diferentes formas y variados contextos, diversos documentos emitidos por organismos
internacionales, así como por sociedades de bibliotecarios y profesionales
de la información confirman la importancia de las entidades de información
y de sus profesionales en la promoción del cambio educativo y en el desarrollo
de habilidades de aprendizaje autónomo y permanente, enfatizan la importancia
del papel docente, de enseñanza, del profesional de la información,
así como el valor de la colaboración entre estos y los profesores
en los diseños curriculares y que compartan métodos y estrategias
pedagógicas. Entre estos documentos, es oportuno destacar la posición
de la Association of Teacher-Libarianship of Canada y la Australian School
Library Association, las que, en sus documentos rectores, afirman que los
programas de alfabetización informacional tienen un impacto positivo en
los resultados académicos de los estudiantes cuando los 'teacher-librarian'
tienen experiencia docente, estudios de bibliotecología y gestión
de documentos para el aprendizaje, y trabajan en cooperación con los profesores
en programas flexibles que integran estrategias y habilidades informativas para
la resolución de problemas.5,6
Otras
organizaciones, como la Association of Research Libraries han señalado
el lugar de las bibliotecas en el apoyo a los procesos de enseñanza mediante
la definición de indicadores de resultados de aprendizaje (learning outcomes)
y el diseño de servicios integrados al currículo para alcanzar estos
objetivos.7
Por su parte, la Society of Colleges, National and University Libraries, SCONUL, del Reino Unido, en su documento estratégico titulado "The SCONUL vision: the Academic Library in 2005" destaca la importancia del profesional de la información en el apoyo al aprendizaje en los nuevos escenarios educativos y su liderazgo en el desarrollo de competencias informacionales.8
Los nuevos espacios profesionales se relacionan con el propio cambio educativo y el impacto de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Las bibliotecas escolares y universitarias se transforman para apoyar con mayor efectividad los procesos de enseñanza- aprendizaje, a partir de que el aprendizaje debe enfocarse no sólo a adquirir conocimientos, sino, sobre todo, a desarrollar habilidades o competencias de desempeño. Por otra parte, las TIC han dejado de ser sólo habilidades a aprender o dominar para convertirse, sobre todo, en potentes herramientas al servicio de la formación, por medio de los entornos de enseñanza aprendizaje con lo cual, estos últimos se colocan también, en espacios profesionales para los trabajadores de la información. A continuación, se detallan algunos de estos espacios.
Los centros de enseñanza constituyen el corazón de la transformación que se preconiza actualmente. Sus bibliotecas o centros de información deben tener una posición estratégica y de liderazgo para poder contribuir con eficacia a este cambio educativo.
Para ello, la entidad de información,
sea de una escuela o de un centro de educación superior, debe asumir una
función más activa en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Las bibliotecas escolares y universitarias están llamadas a
transformarse en centros para recursos del aprendizaje y la investigación
en los procesos de innovación docente. Este sería un entorno dinámico,
físico y virtual, donde convergen y se integran infraestructuras tecnológicas,
recursos humanos, espacios, equipamientos y servicios y recursos diferentes: servicios
informáticos, bibliotecarios, audiovisuales, de capacitación pedagógica
y otros, proporcionados en cualquier momento y accesibles desde cualquier sitio,
orientados al aprendizaje del alumno y a la investigación.9
Según Smith,9 más allá
del acceso a los contenidos o herramientas, lo importante es cómo los profesionales
de la información pueden aportar soluciones para impactar en la calidad
del aprendizaje. Para ello, también las bibliotecas de los centros de enseñanza
deben moverse del enfoque de contenidos -libros, conocimientos- al enfoque de
competencias -lo que los estudiantes deben saber hacer. Ella es actualmente una
importante corriente en los contextos educativos, donde se adoptan esquemas de
enseñanza en los que la evaluación de los resultados del proceso
de aprendizaje se vincula estrechamente a las competencias alcanzadas por lo estudiantes.
Los estudios recientes realizados para medir el impacto de los programas
de las bibliotecas de centros educativos en los resultados académicos proporcionan
evidencias que apoyan algunos de los hallazgos más comunes. Entre ellos:
a) que los profesionales de la información bien preparados y competentes
pueden marcar una diferencia en los resultados de los estudiantes, y que para
ello necesitan la ayuda de los directores, profesores, así como del personal
de apoyo que les permita salir de las tareas rutinarias de la biblioteca para
desarrollar su papel educativo, b) que los profesionales de la información
tienen una doble función educativa, por una parte, como facilitadores del
desarrollo de competencias informacionales en los estudiantes y por la otra, como
entrenadores de los profesores en el uso de las tecnologías de la información
y de los recursos de información.
Para lograr este liderazgo
y una participación más activa en este proceso, los profesionales
de la información deben:
¿En
qué consistiría la colaboración entre profesionales de la
información y profesores? Por ejemplo en:
Otros espacios profesionales serían las comunidades
de aprendizaje. Algunos autores consideran que para que las bibliotecas y centros
de información puedan participar activamente en el cambio educativo deberían
formar parte de ellas. Según Gabelnick y sus colaboradores, citado
por Cortés, una comunidad de aprendizaje es un conjunto de espacios
y factores en los que...
"(...) los estudiantes tienen oportunidades
para profundizar en la comprensión e integración de los contenidos
temáticos que están aprendiendo, y de tener más interacción
con los demás compañeros y con sus profesores como participantes
activos en el proceso de aprendizaje." 10
En las comunidades de aprendizaje, el currículo se reestructura
mediante la combinación de materias o trabajos de cursos de diferentes
carreras o áreas de estudio de manera que los estudiantes realicen una
integración intelectual y un aprendizaje más coherente. Las comunidades
de aprendizaje frecuentemente se asocian al aprendizaje en colaboración,
los métodos activos de enseñanza y los temas interdisciplinarios.
Las bibliotecas y sus profesionales de la información tienen un gran reto en el apoyo a las comunidades de aprendizaje, debido a la necesidad de identificar, seleccionar y evaluar recursos de información para currículos y actividades docentes integradas.
Por otra parte, en los últimos años, la
práctica educacional se ha movido cada vez más hacia espacios "virtuales";
esto implica también nuevos retos para los profesionales de la información
involucrados en el apoyo del aprendizaje en estos entornos y en el uso de las
TIC con estos fines.
El advenimiento de catálogos y bases de
datos en línea, Internet y el WWW, entre otros, ha hecho que los bibliotecarios
y profesionales de la información lideren la formación de usuarios
-y más aún, la alfabetización informacional- sea en bibliotecas
públicas, escolares, universitarias, centros de información empresariales
o cualquier otro ambiente laboral.
Durante 1995 y 1998, un equipo
del Departamento de Estudios de Información (DIS, siglas en inglés)
de la Universidad de Sheffield, Reino Unido, monitoreó la práctica
internacional y en el Reino Unido, relacionada con el uso de las TIC para la enseñanza-aprendizaje,
así como el apoyo del aprendizaje mediante servicios de información.13
Basados en esta investigación, puede plantearse que el apoyo al aprendizaje
en ambiente digital puede verse como un área interdisciplinaria emergente
que implica para los profesionales de la información trabajar en la intersección
de dos áreas fundamentales de la práctica profesional: la práctica
en información y la práctica educacional. Según esta investigación,
para muchos profesionales de la información ser activos en esta área
implica mucho más que la extensión de prácticas tradicionales
adoptando nuevas técnicas y herramientas; implica en realidad un reto al
plantear nuevas perspectivas en sus funciones tradicionales, relaciones e identidades,
y que necesitan ser proactivos para aprovechar oportunidades para establecer alianzas
y espacios en la cambiante arena educacional.
Fowell and Levy,
11 investigadores del DIS, acuñaron el
término "networked learner support", para referirse al
lugar de los profesionales de información en el apoyo al aprendizaje en
ambientes digitales.
Uno de los ambientes digitales de mayor potencialidad
en la actualidad son los sistemas virtuales de enseñanza a distancia (e-Learning).
Estos, junto con los entornos virtuales de enseñanza aprendizaje, se han
convertido en nuevos escenarios educativos que requieren una activa participación
de los profesionales de la información.
Según la Society
of College, National and University Libraries del Reino Unido, una
institución que proporciona e-Learning, tiene las siguientes responsabilidades:
12
En estos
entornos, las bibliotecas y sus profesionales asumen el desarrollo de sitios web,
el apoyo a las comunicaciones por correo electrónico, proporcionan acceso
a bases de datos y publicaciones electrónicas y diseñan tutoriales
para el desarrollo de habilidades informacionales. Según la amplia experiencia
de las instituciones educativas del Reino Unido, donde se han implementado entornos
de enseñanza-aprendizaje de este tipo, el éxito radica en la integración
efectiva de los servicios de información de las bibliotecas al currículo
y entorno del e-Learning.
Uno de los principios básicos de
apoyo a estos sistemas es la propia alfabetización informacional y, según
SCONUL, los profesionales de la información involucrados en experiencias
de e-Learning deberían:
En el propio diseño de entornos de enseñanza aprendizaje, los profesionales de la información podrían desempeñar una función activa, al trabajar en cooperación con otros profesionales como pedagogos e informáticos.
Para poder participar en la definición y en el apoyo a los nuevos
modelos de la práctica educacional y la formación continua, los
profesionales de la información necesitan oportunidades para expandir su
conocimiento y experticia en nuevas áreas, por ejemplo, en relación
con aspectos relevantes de las teorías del aprendizaje y los usos de las
tecnologías educativas, así como en trabajo multidisciplinario e
innovación, porque no sólo deben reunir determinados conocimientos
y competencias en el uso de la información, desde la toma de decisiones
y estrategias de búsqueda hasta la evaluación de las fuentes, sino
que también deben ser capaces de actuar como facilitadores del aprendizaje,
al integrar estos procesos en el trabajo en el aula.
Según la
investigadora Sharon Markless,13 en diferentes
contextos y épocas distintas, los profesionales que han tratado de realizar
la formación de usuarios y desarrollar competencias informacionales, generalmente
estructuran su enseñanza de acuerdo con la lógica de los contenidos,
no de acuerdo con los principios del aprendizaje. Estos cursos o lecciones se
caracterizan por relaciones típicas entre enseñanza y aprendizaje,
el control del aprendizaje por parte del profesor y una secuencia de pasos donde
un amplio grupo de estudiantes escuchan, ven y repiten lo que se les ha demostrado.
Según otros investigadores muchas veces ocurre que, al tratar de enseñar
habilidades informacionales, lo que sucede en la realidad es que los usuarios
aprenden, memorizan una secuencia de pasos para encontrar la información:
si falla uno de esos pasos, el usuario se desorienta. Se confirma entonces, la
necesidad de emplear enfoques de aprendizajes que permitan al usuario relacionar
ideas, conocimientos previos y experiencias para realizar una interacción
crítica con la información, como el enfoque de aprendizaje basado
en problemas.14,15
¿Cómo
los profesionales de la información que laboran en estos contextos podrán
ser efectivos, si no tienen una cabal comprensión de cómo ocurre
el aprendizaje y cuáles son los métodos u enfoques más convenientes
para apoyarlo?
En el proyecto denominado "Best Practices Iniciative:
Characteristics of Programs of Information Literacy that Illustrate Best Practices",
desarrollado por el Institute for Information Literacy de la American Library
Association, se identifican diez categorías de buenas prácticas
para programas de alfabetización informacional (AI). Oberman, analiza tres
de las categorías que involucran directamente, aunque no exclusivamente,
a los profesionales de la información en su función educativa:16
Esta "mejor
práctica", por tanto, reconoce la necesidad de estos profesionales
involucrados en la alfabetización informacional de aprender teoría
del aprendizaje y técnicas pedagógicas que les permitan desarrollar
competencias informacionales de forma creativa e innovadora.
Por tanto,
¿qué competencias requieren los profesionales de la información
para apoyar con efectividad los procesos contemporáneos de enseñanza-aprendizaje
y la alfabetización informacional?
Lombello ha señalado
que: "Profesor entre profesores", el profesional de la información
que labora en los ambientes educativos de la sociedad del aprendizaje debe adquirir
tres competencias: en bibliotecología, gestión y pedagógico-didáctica"
1 Ello implica que no bastan los conocimientos
y habilidades en el uso de la información, las estrategias de búsqueda,
la gestión de información, entre otras, sino también se requiere
de aquellas que lo convierten en un facilitador del aprendizaje: diseño
de currículo, teorías del aprendizaje, métodos pedagógicos,
tecnología educativa.
Por su parte, Mónica Baró
ha indicado que, a las habilidades de carácter general que debe poseer
el profesional de la información, como comunicación y cooperación,
deben adicionarse otras más específicas:2
- Dirigidas a renovar el método pedagógico:
- Dirigidas a reforzar el lugar de la
institución de información como agente formador activo:
La
misma autora destaca que, si bien son importantes los conocimientos y habilidades,
las actitudes también son muy relevantes en el logro de esta misión
educativa. Y señala como actitudes necesarias:
La adquisición de estas competencias puede verse como un proceso desde la formación pregraduada hasta la posgraduada.
Existen numerosas opiniones al respecto, desde quienes consideran que los profesionales de la información que laboran en contextos educativos deben tener una doble titulación -Bibliotecología y Pedagogía- hasta los que consideran que lo importante es la preparación en forma de cursos, seminarios y maestrías en Educación, una vez graduados para que complementar la formación inicial. Algunos autores destacan, sin embargo, la importancia de recibir en pregrado la asignatura
"Teoría
del aprendizaje" como base para las funciones crecientes relacionadas con
el desarrollo de competencias informacionales y el apoyo efectivo a los procesos
de enseñanza aprendizaje a cualquier nivel.
Por último,
esta función educativa de los profesionales de la información se
articula con una significativa capacidad de liderazgo sin la cual no es posible
el protagonismo en la alfabetización informacional y en el apoyo efectivo
a las transformaciones del proceso de enseñanza aprendizaje. Ross Todd,17
ha señalado las dimensiones de este liderazgo educativo y las habilidades
y capacidades que en ellas se representan:
Recibido: 10 de marzo
del 2005.
Aprobado: 29 de marzo del 2005.
Lic. Nancy Sánchez
Tarragó.
Unidad de Análisis y Tendencias en Salud.
Ministerio de Salud Pública. Cuba.
Calle 23 esq. N. El Vedado. Plaza
de la Revolución.
La Habana. Cuba.
Correo electrónico:
sanchezn@infomed.sld.cu
1Licenciada en Información Científico-Técnica y Bibliotecología. Unidad de Análisis y Tendencias en Salud. Ministerio de Salud Pública. Cuba.
Ficha de procesamiento
Clasificación: Artículo original.
Términos sugeridos para la indización
Según DeCS 1
CIENCIAS DE LA
INFORMACION; APRENDIZAJE; MODELOS EDUCACIONALES; REENTRENAMIENTO EN EDUCACION
PROFESIONAL.
INFORMATION SCIENCE; LEARNING; MODELS, EDUCATIONAL; EDUCATION
PROFESSIONAL, RETRAINING.
Según DeCI 2
SOCIEDAD DE LA INFORMACION; ASPECTOS EDUCATIVOS; INNOVACIONES PEDAGOGICAS; ADQUISICION
DE CONOCIMIENTOS; TRANSMISION DE CONOCIMIENTOS; DESARROLLO DE PROGRAMAS DE ESTUDIO.
INFORMATION SOCIETY; EDUCATIONAL ASPECTS; EDUCATIONAL INNOVATIONS; LEARNING; KNOWLEDGE
TRANSMISSION; CURRICULUM DEVELOPMENT
1 BIREME.
Descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS). Sao Paulo: BIREME, 2004.
Disponible
en: http://decs.bvs.br/E/homepagee.htm
2
Díaz del Campo S. Propuesta de términos para la indización
en Ciencias de la Información. Descriptores en Ciencias de la Información
(DeCI). Disponible en: http://cis.sld.cu/E/tesauro.pdf